En tiempos en que la demanda por salitre en los mercados internacionales se incrementaba, la aparición de nuevos actores en la industria creó un escenario particularmente novedoso. La idea de progreso en Chile, vinculado al desarrollo de infraestructura ferroviaria, se vio condicionada en Tarapacá al riesgo que suponía el incremento de vías ferroviarias, el potenciamiento de puertos alternativos y la pérdida que ello ocasionaría en la vida comercial y financiera de Iquique. El ferrocarril como factor de retraso económico, una premisa reiterada en Tarapacá en las primeras décadas del siglo XX, transforma a esa original pieza en un documento esencial para la historia regional.